lunes, 23 de abril de 2012

TIEMPO

Tiempo que te escapas con el lamento, 
dejando el recuerdo de haber vivido 
un momento feliz y tan querido... 
¿Por qué ayer tan vivo y hoy solo viento? 

Tiempo fugaz, te guardo en el olvido, 
pues ahora sintiéndote tan lento 
solo veo dolor y sufrimiento. 
¿Por qué ayer eras y hoy solo has sido? 

Tiempo, eres un instante condenado, 
y yo soy la tortura de perderte 
y el eterno llanto desesperado. 

Tiempo, responde gritando muy fuerte, 
no te escondas en el triste pasado. 
¿Por qué ayer vida y hoy solo muerte?

viernes, 20 de abril de 2012

LA LOCURA DE FOUCAULT



La locura, hasta finales del siglo XIX, había sido considerada como un comportamiento que rechazaba las normas sociales establecidas. Este es el aspecto realmente importante de la locura, mucho más que el psicológico, cómo es vista la locura por la sociedad y qué hace ante ella.

Uno de los mejores analistas de la locura en la estructura social es Foucault. Michel Foucault fue un historiador de las ideas, teórico social y filósofo francés nacido en Poitiers en 1926. Es el personaje más relevante de la segunda mitad del siglo XX y es considerado como el sucesor de Jean-Paul Sartre. Además es considerado como uno de los grandes analistas del poder.

Foucault hablará del poder como un poder de la razón. El poder no puede ser impuesto a la mayoría por la fuerza, sino que se debe hacer que sea aceptado racionalmente para dominar la naturaleza y los hombres.

¿Qué papel tiene la locura en este sistema organizado por el poder de la razón? En La Historia de la Locura en la Época Clásica (1961) Foucault explica que no hay nada que cuestione más a la razón que la locura, ya que es su antítesis. La razón oculta la locura para validarse a sí misma, ya que no quiere admitir que parte del sistema que ha organizado es la locura. Incluso, este mundo dominado por el poder racional, genera locura. Foucault resalta la figura del manicomio porque es el lugar donde la sociedad racional mete a los locos, para que los habitantes dominados tengan esa sensación de seguridad necesaria para aceptar el poder racional sin cuestionarlo.

Por lo tanto, según Foucault la sociedad racional tiene como objetivo dominar a los hombres, y para hacerlo la razón tiene que apartar de sí a la locura, metiendo a los locos en los manicomios, ya que la locura es su mayor cuestionamiento.

domingo, 1 de abril de 2012

EL EXISTENCIALISMO DE FRANCISCO DE QUEVEDO

Francisco de Quevedo fue un escritor español del Siglo de Oro nacido en el año 1580 en Madrid. Se trata de uno de los autores más destacados de la historia de la literatura española y es especialmente conocido por su obra poética, aunque también escribió obras narrativas y obras dramáticas.

Algunos poemas de Quevedo pueden ser considerados existencialistas, por tratar el tema de la existencia humana, el paso del tiempo, la fugacidad de la vida y la inminencia de la muerte. En esta línea algunos sonetos representativos son los siguientes:



Signifícase la propia brevedad de la vida, sin pensar, y con padecer salteada de la muerte

¡Fue sueño ayer: mañana será tierra!
¡Poco antes, nada; y poco después, humo!
¡Y destino ambiciones, y presumo,
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.


Repite la fragilidad de la vida y señala sus engaños y sus enemigos

¿Qué otra cosa es verdad sino pobreza
en esta vida frágil y liviana?
Los dos embustes de la vida humana,
desde la cuna, son honra y riqueza.

El tiempo, que ni vuelve ni tropieza,
en horas fugitivas la devana;
y, en errado anhelar, siempre tirana,
la Fortuna fatiga su flaqueza.

Vive muerte callada y divertida
la vida misma; la salud es guerra
de su propio alimento combatida.

¡Oh, cuánto, inadvertido, el hombre yerra:
que en tierra teme que caerá la vida,
y no ve que, en viviendo, cayó en tierra!


¡Cómo de entre mis manos te resbalas!

¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!
¡Qué mudos pasos traes, oh, muerte fría,
pues con callado pie todo lo igualas!

Feroz, de tierra el débil muro escalas,
en quien lozana juventud se fía;
mas ya mi corazón del postrer día
atiende el vuelo, sin mirar las alas.

¡Oh, condición mortal! ¡Oh, dura suerte!
¡Que no puedo querer vivir mañana
sin la pensión de procurar mi muerte!

Cualquier instante de la vida humana
es nueva ejecución, con que me advierte
cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana.